Cómo limpiar bien los oídos

Usualmente la manera más rudimentaria que se conozca para limpiar los oídos, es a la que bastantes personas recurren, sin saber quizás que muchas de estas “técnicas”, algunas aprendidas u otras creadas al andar, pueden ser muy riesgosas para la salud auditiva, y en vez de ser un hábito de higiene positivo, sea perjudicialmente acumulativo a la larga.

Algunas de las técnicas de limpieza de oídos se basan en introducir algún objeto extraño en la cavidad auditiva, como los conocidos hisopos, horquillas para el cabello, aspersión de agua o aceite o cualquier otra manera que crea que resulte apropiada, desconociendo que al introducir estos elementos extraños puede lastimar partes del oído interno.

Se debe tener en cuenta que el organismo posee su manera natural de limpiarlos, sin necesidad de introducir nada. Las funciones principales del cerumen son las de mantener el conducto auditivo lubricado, además de evitar que gérmenes o alguna suciedad como polvos o las escamas de la propia piel circundante, se introduzcan en el oído, haciendo que éstas queden atrapadas en la cera, para posteriormente eliminarlas naturalmente. Es decir, producir cerumen es saludable y muy necesario para los oídos.

Por esta razón no es recomendable utilizar los hisopos u otro elemento, pues además de ser objetos extraños que puede lastimar partes muy delicadas del oído, en vez de limpiar la cera acumulada, lo que hacen es empujarla hacia el fondo del conducto, creando un verdadero problema, llamado tapón de cera, que luego tendrá que extraerlo con la ayuda de un otorrinolaringólogo.

La mejor y más sana manera de limpiar los oídos es dejando que el organismo elimine el cerumen por sí mismo, también debe tener en cuenta que durante la masticación, este movimiento ayuda a que el cerumen vaya moviéndose hacia el exterior, y posteriormente sólo necesitará remover el cerumen visible, sin necesidad de introducir nada.

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Categorias: Salud
Ultima modificación: 11/11/2013